miércoles, 31 de octubre de 2007

LA FELICIDAD AHORA


Hay momentos, en personas, en que se proponen ser felices, y conciben esta felicidad como una lucha por alcanzarla. Y sin embargo, la lucha es la lucha, y la felicidad sólo es felicidad.

De tal modo quien se proponga estos objetivos de dicha venidera, ha de saber que no se interna en la felicidad misma, sino que, al contrario, aparta la felicidad de sí al considerarla un objetivo o promesa lejana.

martes, 30 de octubre de 2007

LA EXPLORACIÓN DE LA MENTE


La consciencia y la voluntad están en uno, son uno. No son problemas lejanos con los cuales jugar a través de conceptos.

Perseguirse a uno mismo, buscarse a uno mismo, encontrarse... son las expresiones de un afán y de un intento por salir de esa masa oscura que es la mente confusa.

Pero, a fin de cuentas, en este juego no has de perseguir, buscar o encontrar, pues tú eres el buscado, el perseguido, el encontrado.

No tiene ningún sentido el ir varios pasos por detrás de uno mismo.

Así esos recuerdos o sentimientos que crean sufrimiento o desazón tienen un origen en el tiempo, afloran desde un lugar determinado. ¿Desde dónde? ¿En dónde?

Estos recuerdos ¿qué son? ¿De dónde vienen? Los sueños ¿qué son y de dónde vienen? Las ilusiones. Todo.

Más aún, ¿qué o quién es uno mismo?

No tiene objeto el complicarse con especulaciones innecesarias. Al contrario, el objetivo es unir, simplificar, quitar dobleces, escapar de la complicación y retornar a lo que es simple. Y esto no de una vez por todas, sino a cada momento.

Hay ocasiones —raras todavía—, sobre todo allá por el otoño y la primavera, o cuando llueve tras la sequía, o sale el sol tras el aguacero, que me vienen de nuevo esos sentimientos antiguos, de cuando yo era joven o niño. Es ese sentimiento que se mezcla con el olor a leña encendida o a yerba mojada, o a salitre marino. Me vienen entonces imágenes borrosas del pasado, o del pasado que no fue.

¿Qué son esos sentimientos? ¿De dónde vienen? ¿De dónde esas imágenes y recuerdos?

No lo sé. Pero sé que algo de verdad hay en ellos.

lunes, 29 de octubre de 2007

LA FÁBULA DE LA FUERZA MÁGICA


Tal vez no tenga ocasión de arreglar grandes conflictos mundiales o históricos que implican a millones de personas, pero al menos puedo ocuparme de mí mismo y de mi atención a las personas que habitan mis días.

Todo el mundo conoce a todo el mundo. Uno conoce a una persona, que a su vez conoce a otra, y así hasta los confines de la tierra.

Si una sola persona tuviera una fuerza mágica que obrara grandes beneficios y se transmitiera mediante un sencillo apretón de manos, esta persona podría transmitirla a otra, y esta otra a una tercera y de este modo circularía esta fuerza beneficiosa de persona en persona hasta abarcar por fin a todos los humanos, incluso a los animales, las plantas y las otras cosas, llenando así el mundo de gozo.

El cosmos, que es armonía, se conecta de esta forma.

Nuestras acciones y nuestras actitudes son gotas en la marea, como olas que en espuma se funden para ganar fuerza.

domingo, 28 de octubre de 2007

DOLOR DE LO MALO, SUFRIMIENTO DE LO PEOR


Duele el mal en las otras personas y en uno mismo. Dolor es mal y mal es daño.

No puedo encontrar otra definición más clara del mal, ni otra más universal.

Hacer el mal es hacer daño a los otros.

Ahora.

Duele el mal en las otras personas. Y esto tal vez sea afán de justicia. Nos duele que haya personas que quieran dañar a otras, movidas por su propio error. Qué infierno es ese.

Ahora.

Duele también el mal cuando aflora en uno mismo, cuando emerge en forma de emociones primarias, tal como las envidias, los rencores, las mezquindades, los celos, las iras. Consideramos estas emociones tan indignas de nuestra propia persona que ni siquiera las reconocemos. Creemos que esos defectos sólo pertenecen a los otros.

Ahora.

Y cuando por fin los reconocemos en nosotros mismos, somos incapaces de afrontarlos.

Ahora.

Cuando me encaramo a las más altas cotas de la sabiduría, vuelven los errores más torpes. Los reconozco, pues los conozco de antiguo. Los contemplo y los dejo pasar. No los justifico, no los llamo, no los evito, no lucho contra ellos, no los llamo míos y desaparecen. Del mismo modo que aparecieron ahora se van.

Y el sol transita de nuevo en el extenso celeste.

sábado, 27 de octubre de 2007

HACIA EL OTRO. PARA EL OTRO


Ninguna virtud, habilidad o sabiduría es confortadora si se ejerce por y para uno mismo. Deja entonces en nuestro paladar el rastro de lo insuficiente.

La sabiduría empleada en el propio beneficio se torna astucia. Y no nos basta.

Astucia llaman también al egoísmo.

La humildad, cuando se practica por miedo, o por comodidad, se convierte en apocamiento.

Humildes son los habitantes del humus, o sea, de la tierra. Los otros son los dioses.

No es mala cosa considerarse uno a sí mismo como un dios. Lo peor es negar la divinidad de las otras personas o cosas.

Ningún acto de bondad ayuda, ni siquiera a uno mismo si es que se hace por uno mismo, esperando el aplauso de los otros, o de uno mismo.

Nadie nos contempla en nuestro grandioso espectáculo de bondad. El humano desea ser contemplado en el cosmos, no quiere sentirse solo desde el nacimiento al fin.

De nada sirve la bondad si es el mero cumplimiento mecánico de una norma. Pues de tal modo nada se lleva a la consciencia. Y no se realiza en beneficio propio y ajeno, sino por mero automatismo, llámesele miedo, si se quiere.

El ejercicio del bien no basta si es que no presta atención a las otras personas. Pero la verdadera atención a las personas y a las cosas basta por si misma.

viernes, 26 de octubre de 2007

FÁBULA DE LA MUCHACHA Y LA FLOR


Una muchacha, ella misma hermosa como una flor de colores, contempló una flor de pareja hermosura. Y al cerrar la muchacha los ojos, comprobó que la flor estaba dentro de sí.

miércoles, 24 de octubre de 2007

LAS CANCIONES DE LA FELICIDAD


—Tener una pareja con la cual se conviva en paz y con cariño es una buena idea— dijo uno.

—Y no sólo es una buena idea, sino que además está muy extendida— le respondió el otro.

Tener muchos y buenos amigos es mejor que tener pocos y malos.

Tener una familia amplia y unida es mejor que andar solo por estos mundos.

Ya desde antiguo muchos sabios han enunciado las condiciones de la felicidad.

Pero la felicidad no es una tarea titánica o algo frágil, o algo reservado solamente a los dioses terrenos o celestes.

Todos los bienes humanos o terrestres, a lo que nos aferramos o lo que deseamos, todos estos dones tienen fecha de caducidad, son perecederos.

Las otras personas son el espejo donde uno se mira. Uno es el espejo donde otras personas se miran.

Los sentimientos más primarios a la par que indeseables afloran también en la convivencia: ira, envidia, celos, desconfianza...

No hay por qué evitar la conciencia de estos sentimientos, sino que conociéndolos llegamos a la comprensión de la esencia humana.

El anacoreta que se retira de la sociedad humana no tiene esta ocasión de templarse en las ascuas de las pasiones humanas.

Y, sin embargo, es en verdad penoso convertirse en piedra del sufrimiento ajeno. Uno mismo también puede ser muro o escollera donde se estrellan las pasiones, los desengaños, la ambición, los celos, las frustraciones y las envidias de otras personas. No importa que nuestras intenciones sean buenas, pues necesariamente al vivir en sociedad nos convertimos en elemento del paisaje humano de otras personas.

Pareja, familia, amigos,... todos ellos hermosos dones, como los son las torrenteras, las hierbas salvajes y los peñascos pelados del anacoreta. Hemos de comprender los ámbitos donde estos dones se sitúan.

La conciencia de uno mismo es también la conciencia de los otros y de todo.

martes, 23 de octubre de 2007

ORIENTACIÓN NOCTURNA EN CIELOS Y OCÉANOS


Varios son los ámbitos donde tenemos que orientarnos los humanos.

Existe, sin ir más lejos, este ámbito, que es el ámbito de la palabra, el ámbito propio de la comprensión pensada de las cosas. El ámbito de las palabras puede ser espacio para varias personas en común, también para uno solo o para muchos.

Está el ámbito de los sentimientos, que es el espacio de la relación entre personas y también de las relaciones que se establecen dentro de uno mismo, con las ilusiones, los recuerdos y demás objetos de la mente.

Estos son los ámbitos donde el humano opera en sí y con sus congéneres, pero también con las cosas, a través de las acciones pensadas o sentidas. Y, por último, también existe la conciencia de las cosas, de los otras personas y de uno mismo.

La conciencia lo abarca todo. La conciencia se abarca también a sí misma.

lunes, 22 de octubre de 2007

HISTORIA DE UN RICO EN EL PAÍS DE LOS POBRES


Deseaba el rico de buena voluntad ir al país de los pobres.

En el país de los pobres, en mitad de las matanzas, las enfermedades, el sufrimiento evidente y la muerte, el rico se pregunta ¿por qué soy tan desdichado? ¿pero cuál es mi problema? ¿qué es lo que no hago bien? ¿por qué sufro tanto?

Mientras que así se dice el rico, los pobres tienden hacia él sus manos de súplica. Le imploran que les dé alimento con que calmar su hambre devoradora. Le ruegan por abrigo con que cubrir su frío. Le piden medicinas para curar sus enfermedades y heridas.

Pero el rico está tan preocupado con sus propios pesares que ni les escucha. Piensa que el sufrimiento de los otros le hace sufrir también a él.

No hay corazón duro que no ablande la conciencia luminosa.

Comprender no es hacer. Pero quien de verdad sabe, actúa, deja incluso que su acción vaya más allá de su propio pensamiento.

miércoles, 17 de octubre de 2007

ESTA VIDA, NO AQUELLA OTRA


Esta es tu vida. No aquella, no la de otra persona, no la que aún está por venir.

Si busco transformarme en otra persona mejor, puede que no alcance siquiera a ser yo mismo. Buscamos otra realidad más perfecta, pero somos nosotros los que queremos ir a aquella realidad. No quiero transformarme, quiero ser. No quiero el futuro, pues prefiero vivir el presente.

lunes, 15 de octubre de 2007

LAS LLAVES INTACTAS JUNTO AL MURO DERRIBADO


Podemos creer que sabemos lo que necesitamos, que es aquello que no se nos concede, que es la llave de nuestra posible felicidad. Y así creamos con nuestros deseos —un círculo cerrado— la excusa de nuestras desdichas.

El cielo es inmenso y pertenece a todos. El cielo es inagotable en su azul. El cielo lanza una lección permanente de calma y serenidad. Debiéramos atrevernos a ser uno con el cielo, ahora mismo, disolvernos en él y con él.

Es como habitar una casa en lo alto de un cerro de nieves, de sol y de aire puro. Y no nos importaría entonces el frío, pues dejaríamos que el aire puro y la luz llenara nuestra morada.

Es mejor llorar a moco tendido antes que llevar a todas partes ese nudo en la garganta y esa angostura en el pecho. Y todavía es mejor reír antes que aferrarnos a esa máscara de dureza y de solemnidad.

Vivir como si este fuera el último instante y también el primero.

sábado, 13 de octubre de 2007

DE LAS NOCHES Y LOS DÍAS


La luz se ejerce en los ámbitos oscuros. Nada existe de por sí.

La confusión es sufrimiento. La confusión es el barullo que lían sentimientos y pensamientos encontrados. Pujando unos contra otros, de pura bulla, atascan el fluir natural de la consciencia.

Hemos tenido la experiencia también del descubrimiento de algo nuevo que hasta un determinado instante nos había sido velado. Esta experiencia nos señala una y otra vez nuestra ignorancia de ahora, lo que aún nos queda por descubrir y la necesidad de abrirnos a la frescura del momento.

viernes, 12 de octubre de 2007

LOS INSTANTES PERPETUOS


Perpetuar cada instante. Dejar que la realidad sea y que este instante se prolongue, exista.

Entonces, cada vez que me emborrachan las pasiones, digo ahora. Cada vez que me aturde la tristeza, digo ahora. Cada vez que me engaño con las ilusiones, digo ahora. Cada vez que me acosan mis terrores, digo ahora.

Cada vez que me encuentro aquí, donde quiera que esté, digo ahora y en cualquier momento, ahora.

Y aceptado el ahora, se torna veloz de vértigo, y luego pasa.

jueves, 11 de octubre de 2007

EL RECONOCIMIENTO DE UNO MISMO


Reconozco en mí mismo el sufrimiento humano. He sentido en mi corazón las pasiones, y ese sentimiento enorme de pérdida.

Sentado junto al lecho de muerte me preguntó el moribundo —como supuesto sabio titulado que yo era— qué iba a pasarle ahora que su vida se extinguía. Yo, el sabio, no supe qué palabras responderle al moribundo. Pero tampoco supe responderle con el silencio.

Ahora que me siento paciente sobre el cojín en el suelo, ocupo mi espacio y respiro, o tal vez me dejo ocupar por un espacio y respirar. Tiene entonces el tiempo de instantes y de eternidades el sabor indecible de la magia. Todo puede ocurrir entonces, y yo dejo que todo ocurra. De tal modo giran los astros en veloz carrera.

Nuestra vida es película vertiginosa. El sol se revoluciona mucho en sus tránsitos, y la luna y las otras constancias de los meteoros, eclipses o astros fugaces le acompañan. Ayer era un niño que jugaba en las acequias con las ranas y hoy, sin saber muy bien cómo, soy un anciano moribundo. Y todo ha ocurrido de repente, de un día para otro.

miércoles, 10 de octubre de 2007

HUMANOS Y CELESTES


Allá al principio de los tiempos, subido a lo alto de un cerro, encarose el humano contra el cielo crepuscular. Estaba el cielo crepuscular del lucero, de la luna y también del sol poniente entre las cumbres lejanas.

Tiritó de frío el hombre, como fría estaban las piedras, y se nombró a sí mismo “el humano”, del humus frío, de la tierra.

Ensayó así el humano su ejercicio de humildad, como reverencia ante sus dioses celestes, allá en los cielos volcánicos de violáceos ocasos y cálidos naranjas, sobre las nieves lejanas.

martes, 9 de octubre de 2007

HACIA DONDE LAS PALABRAS NO LLEGAN


Allí ha de continuar la consciencia en su tránsito celeste. Las formulaciones acertadas no bastan. Las grandes frases se agotan en la estricta lógica. Las grandes palabras se escuchan, se recuerdan y luego se olvidan. Hay que tender a lo que siempre está presente y nunca es pasto del olvido. Hacia eso que no puede hablarse ni pensarse yo me encamino. Ya ninguna palabra me satisface.

lunes, 8 de octubre de 2007

LANZADO POR LOS ÁMBITOS ABIERTOS LOS PULMONES RESPIRAN CON AMPLITUD Y EL CORAZÓN LATE EN LIBERTAD DE SENTIMIENTOS


Abrimos el postigo, ingresamos en el ámbito que es santo cada vez que prestamos la atención debida al momento presente.

Somos dioses cabales cuando tratamos a cada ser y cada cosa con el absoluto respeto que merecen, como sólo puede tratarse a los dioses, como los dioses acostumbran a tratarse unos a otros.

Los dioses envían sus mensajeros celestes. En ocasiones su presencia no nos resulta del todo grata. Pero los mensajeros celestes van a regresar una y otra vez hasta que aceptemos sus dones.

Hemos de respetar las cosas, no al modo de hacerles reverencias, sino a modo de cuidar nuestros gestos hacia ellas.

Nuestros gestos son reflejo del ánima en nuestro cuerpo animado. De ahí que cada uno de nuestros movimientos sea un símbolo, una danza o espectáculo ante el cosmos.

No es necesario sentirse uno mismo pequeño. Pero sí es necesario aceptar la grandeza absoluta de todos los seres.

domingo, 7 de octubre de 2007

LA AYUDA, ESE SOBREENTENDIDO


La verdadera acción generosa amplía constantemente sus ámbitos, desde la familia y los amigos, hasta alcanzar a todas las personas que conocemos, incluso hacia aquellas por las cuales no sentimos en un principio amistad.

La generosidad no es indulgencia, ni abandono, ni condescendencia. La generosidad no es ausencia de atención o firmeza.

La verdadera generosidad que nace en nuestro pecho abandona el cascarón primero y alcanza a todos los seres. Para alcanzar la libertad hemos de abandonar nuestro pequeño nicho y adentrarnos en los ámbitos abiertos de lo divino y lo santo.

sábado, 6 de octubre de 2007

EN EL LUGAR DEL OTRO II


Es mucho lo que podemos ofrecer a las personas que conocemos.

Pero hay dos funciones de no poca importancia que no podemos ofrecerle a nadie ni hacer en el lugar del otro. Estas dos funciones son la voluntad y la consciencia.

Estas dos funciones son los ámbitos propios de cada individuo, su tarea personal. En realidad, procurar establecer nuestra comprensión y nuestra voluntad en otras personas es un intento de restarle voluntad y conciencia propia.

Pero aunque nosotros no podamos internarnos de ningún modo en tales lugares, en el lugar del otro, sí hay, en cambio, tareas que nos corresponden respecto a las personas que acompañan nuestros días. Estas nuestras tareas son las relativas a nuestra propia conciencia y a nuestra propia voluntad.

Trabajar en uno mismo es trabajar por los otros.

viernes, 5 de octubre de 2007

SOMOS, HEMOS LLEGADO


Lo demás es tarea de la consciencia.

jueves, 4 de octubre de 2007

LA TRANSFORMACIÓN DE UNO MISMO


Antes de transformarse a uno mismo ¿es necesario saber quién se es y cómo se es?

Antes de emprender un camino ¿no es necesario acaso saber dónde se está?

miércoles, 3 de octubre de 2007

NUESTRO LUGAR EN EL COSMOS


Nos pertenece por derecho propio.

Nadie debe pedir perdón por ser tal como es. Pero de las acciones que llevemos a cabo sí debemos ser capaces de dar una respuesta.

Hemos de encontrar nuestro lugar en este mundo. No debemos luchar por conseguirlo ni pelear en nombre de nuestra existencia a la contra de nadie.

Lo que buscamos ya lo hemos encontrado. Lo que deseamos adquirir ya nos pertenece.

Como cuando nos despertamos bruscamente tras un sueño, hemos de darnos cuenta de la realidad que se despliega ante nuestros ojos. Al despertar de una pesadilla, donde la fantasía es confusión y causa espanto, la realidad, la misma realidad de siempre, nos sirve de consuelo y nos resulta tranquilizadora, como un fresco refugio en mitad de la solana del agosto, o como fuego que caliente mientras fuera retumba la tormenta.

Y todo esto son metáforas o comparanzas de la vida misma, pues a lo largo de nuestros días las ilusiones no son refugio de la triste realidad, sino que la realidad es amable refugio de las desilusiones.

Es buena cosa abrir bien los ojos, despertar y constatar este lugar que ocupamos. Me refiero a la metáfora y me refiero a su significado. Me refiero al cuerpo y me refiero a lo que quiera que llamemos espíritu o alma.

Hemos de ejercer con fuerza esa nuestra presencia en el lugar que estamos ocupando. No a la manera de combatir o avasallar a quienes nos rodean, como quien se abre paso a codazos en un atestado transporte público. Al contrario, como se regocijan los habitantes de los desiertos al encontrarse los unos con los otros, de igual modo debemos regalar a las otras personas con nuestra propia existencia.

Hay una sonrisa tras una mirada seria, allá en el fondo del alma.

martes, 2 de octubre de 2007

BUCEO EN BUSCA DE LOS DONES


Muchos son los dones que hay atesorados a lo bruto en el fondo de nuestras almas.

Es como el cúmulo de metales ricos y preciosos que hay sepultados en régimen de incandescencia en mitad del núcleo fundido de la tierra. Allí su cualidad es fluida o casi volátil. Allí su calidad se atempera.

Así la tierra ha reído con una temblorosa carcajada de terremotos y volcanes, cada vez que los humanos han emprendido luchas en pos del oro. Y con cada carcajada lanzaba al aire grandes chorreones de metales preciosos al rojo vivo.

Mucha es nuestra fuerza y muchos son nuestros dones. El principal de ellos es nuestra presencia. Con nuestra presencia podemos hacer compañía a quienes se sientes abandonados y solos. Allí podemos estar, sin decir nada, sólo oyendo, aliviando pesares, sin comprender muy bien como sucede este milagro de la compañía.

Muchos son nuestros dones y es tarea nuestra el ir a buscarlos, a descubrirlos, por mejor decir, porque tenerlos ya los tenemos. Y hemos de beneficiar con ellos o a su través.

lunes, 1 de octubre de 2007

LA DISTANCIA COBRADA


La vida de uno mismo —la de los otros tampoco— no puede programarse. Pues no se conocen las circunstancias de lo venidero.

Ha sido necesario cobrar la debida distancia para alcanzar este momento. El tener un objetivo o idea sobre lo que es bueno o perfecto no nos da derecho a tirar el resto de nuestra vida a la papelera.

El largo linaje del cual procedemos tiene toda la importancia. Los amigos que se hallan en nuestros días y todos nuestros conocidos, aparte del signo sentimental que inscribamos sobre ellos, todos ellos son la presencia de lo divino. No hay otra presencia. No podemos traicionar lo presente con lo ausente, con lo que no conocemos, pues el presente es todo, y es también, dentro de la conciencia, el escenario de las ilusiones.