lunes, 24 de septiembre de 2007

LECCIÓN ETERNA


El error es parte del acierto. Y el camino sinuoso puede a la postre ser el más certero.

No sabemos, y como no sabemos, sólo nos queda abrir los ojos y esperar lo que nos venga. Si tenemos esperanzas, pretendemos ser confirmados en nuestras necesidades y deseos, y esperamos ser colmados en ellos. De tal modo no nos abrimos a lo nuevo.

Llámeselo vida si se quiere. Aquí no se puede aprender una lección para pasar a la siguiente. No podemos acumular pertenencias de sabiduría, pues no hay donde guardarlas.

El maestro es sólo aquel que atiende al otro dejándose a sí mismo a un lado. Y esto es algo tan sencillo que no puede aprenderse.

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