sábado, 30 de junio de 2007

COMO UN MANTRA O LETANÍA


Muchas personas habrán sentido conmigo que un pensamiento se apodera de la mente enseñoreándose de ella a su antojo. ¿Dónde queda entonces la voluntad? ¿Qué se hizo luego de nuestra libertad personal?

Ese pensamiento puede ser de muy distintas índoles, pero nosotros tendemos a juzgarlo bajo el signo del más o del menos.

Buscamos lo que nos halaga. No podemos escapar de lo que nos acosa. Tratamos de rechazar lo que nos obsesiona en la misma medida que se nos repite en la mente como un mantra o una letanía.

Déjalo pasar. No luches. Contempla. Deja que el dardo en tu herida destile la ponzoña, que bien atendida no es más veneno que agua del olvido.

viernes, 29 de junio de 2007

PORTENTOS, MARAVILLAS Y FENÓMENOS MISTÉRICOS


La búsqueda de lo extraordinario y de lo supranatural es una vía rápida para volverse chalado perdido. Hay gentes que, puesto que no obtuvieron poder ni siquiera sobre su propia persona, pretenden ahora alcanzar “poderes”, es decir, burlar la realidad. Lo portentoso reside en la realidad misma, pero la realidad misma no es la misma mostrenca realidad de cosa baja y zafia. Sólo cuando se ignora por completo la maravilla del mundo, se lanza un desavisado hacia la búsqueda de lo portentoso, y como no lo encuentra, se lo inventa y se lo cree cierto, o sea, se vuelve majareta.

Lo maravilloso existe, pero no puede “tenerse”, porque el camino hacia la maravilla es el contrario al del ego y sus posesiones. Tampoco se trata de machacar el ego para, en resumidas cuentas, enaltecerlo. Abandónate a la libertad verdadera, habitarás entonces en el ámbito de los misterioso, donde ninguna magia ni milagro parece extraño, sino cosas muy naturales cuya exhibición debe moderarse.

jueves, 28 de junio de 2007

ÍDOLOS


No hagas del ego un ídolo que derribar. En el amor no hay combate, tan sólo danza. Danzar con la soledad es danzar contigo mismo.

Procura disfrutar de la soledad, porque el día que consigas por fin disfrutar de la soledad, te lo aseguro, no van a dejarte estar solo ni un momento.

miércoles, 27 de junio de 2007

ADECUACIÓN


Ahora que ya has iniciado el camino, que ya has acometido un desarrollo interior, una evolución del espíritu, una apertura hacia las otras personas, una generosidad verdadera y una compasión que es comprensión, es ya la hora de olvidarlo todo y comenzar por el principio.

Confianza. No debemos ser vigilantes de nosotros mismos. Suelta lo que has cogido y disponte a robar en la casa vacía. Atención no es tensión.

martes, 26 de junio de 2007

MEDITACIONES TRASCENDENTALES


Hoy he meditado de la trascendencia infinita. El método es como sigue: me tumbé en la cama bocabajo. Esta es una técnica importante, pues hay que lograr una postura correcta. Luego, de acomodar bien la cabeza sobre la almohada y de relajar bien todos los músculos, dejé que los ojos se me cerraran y me inflé a dormir hasta que desperté totalmente saciado de sueño.

lunes, 25 de junio de 2007

EMPEZANDO POR LO PEQUEÑO Y CONTINUANDO POR LO QUE TODAVÍA ES MENOR


El objeto de la gran liberación no se consigue acometiendo grandes revoluciones interiores o exteriores. El prisionero de sí mismo gusta de la teatralidad.

Un poco de humor diluido en una gran carcajada es medicina contra la importancia.

A la hora de liberarte comienza, sin ir más lejos, por tus pequeñas rutinas. Tus protocolos de acostarte, de despertarte, de comer, de tratar con las personas, de acometer una tarea, de hacer una cosa detrás de la otra y sin que nada falte, y comenzando por ahí y continuando con los demás procedimientos.

El ser humano gusta de las rutinas. La mente enferma se aferra a ellas. Las rutinas están constituidas para que el cerebro pueda no pensar en lo que está haciendo. O sea, son el instrumento predilecto de la pereza y la distracción. Para la mente enferma constituyen un punto de referencia, una seguridad de que al menos algo va a seguir inalterado.

El ritual es otra cosa. El ritual es la valoración del acto hasta lo sagrado. Las rutinas, pueden también convertirse en rituales. No hay que odiar las rutinas ni arrojarlas a la basura como si fueran pañuelos de papel usados. El ritual cuida de cada gesto como si de un mensaje al cosmos se tratara. Cada gesto tiene en su propia verdad un valor máximo.

Nuestro cerebro categórico ha establecido toda una jerarquía que otorga el supuesto valor que cada cosa o persona de este mundo ha de tener. Si observamos la cotización mental que obtiene cada cosa sabremos qué mandatos son los que nos gobiernan. No hay que odiar las jerarquías mentales. No hay que odiarlas, puesto que son un velo que nos atonta, y por eso es necesario contemplarlas.

La mente recurre a muchas simulaciones y engaños. Tú no conoces tu mente. Y sin embargo no hay obstáculo que te impida conocerla.

Si contemplas tu mente, no tardarás en reconocer que cada pensamiento tiene exactamente el mismo valor que el siguiente y que el anterior. No hay pues una jerarquía dentro de los pensamientos. En ocasiones rechazamos los pensamientos que no son suficientemente claros, no son suficientemente hermosos, o terroríficos, o misteriosos, o repugnantes (gloriosamente repugnantes), o malévolos, o trascendentes, o enunciables, o esclarecedores, o clasificables, o comparables. Creemos saber qué es en nuestra mente lo “importante” y digno de ser contemplado y qué es demasiado cotidiano, demasiado insignificante, demasiado “nuestro”, como para ser atendido. Pero lo cierto es que somos unos grandísimos ignorantes y que, no teniendo conocimiento de casi nada, más nos vale dejarnos llevar, y comenzar a soltar ese pesado lastre que nos sujeta a la estupidez de lo sabido.

Es precisamente por lo pequeño por donde hay que comenzar y luego seguir con lo más pequeño aún, para así poder alcanzar al fin el conocimiento de lo que es todavía menor.

domingo, 24 de junio de 2007

EN EL CAMINO HACIA LA NADA


En ese camino no se puede llevar equipaje. Así que fíjate en los que procuraron dejar tras de sí pirámides, como los faraones egipcíacos, o como los que pretenden dejar pirámides de herederos orondos o de fama pasandera.

Norma es del viajero experto dejar en casa lo que no sea absolutamente imprescindible para el camino.

sábado, 23 de junio de 2007

ENVÍO DE UNAS GRACIAS SIN DESTINATARIO


Puede figurar escrito aquí algo que no vaya del todo desencaminado. Un aviso de sabiduría puede provenir de esta o de aquella tradición, pero hay que entender bien cual es el origen de la verdad y la sabiduría. Podemos transmitir sabidurías y verdades pero no nos pertenecen, así que sería inútil ponerles marcas o pretender establecimiento de un tingladillo comercial sobre ellas, o incluso burocrático manejo como administración de lo que no nos toca.

Así pues, doy gracias de todas mis pifias, mis pataduras metidas, mis trompicones, y mis zambullones en la no obtención de lo que yo quería, que me hubiera hundido la más mínima obtención y me hubiera lanzado hacia el refocile en una pequeñuela satisfacción de la puerta equivocada.

Pero, como no todavía no sé a quién darle las gracias, me las guardo. Y hasta luego.

viernes, 22 de junio de 2007

SUÉLTATE DEL PROTOCOLO


Deja, por un instante aunque sea, tus condicionamientos mentales y sus categorías y tus etiquetas y tus juicios previos a la experiencia y tus pequeñas prevenciones, etc., ya que tarde o temprano te vas a morir, y entonces sólo confía en lo que te puedas llevar contigo al otro lado de este lado.

jueves, 21 de junio de 2007

PARA EMPEZAR


Para empezar no hay más remedio que sentarse a practicar la contemplación de la mente o, lo que es lo mismo, la contemplación de la respiración interrumpida por el tránsito de pensamientos ni convocados ni invocados por la voluntad.

miércoles, 20 de junio de 2007

CUERPO FÍSICO Y CUERPO MÍSTICO EN EL ARTE ORIENTAL


A partir de la publicación en línea a modo de bitácora de uno de mis libros, se me han ocurrido varios proyectos para realizar a través del mismo medio.


Uno de ellos es la elaboración también en línea de un discurso o conferencia titulada CUERPO FÍSICO Y CUERPO MÍSTICO EN EL ARTE ORIENTAL. Cuando el crítico de arte, profesor de Literatura y periodista Francisco L. González-Camaño me propuso ofrecer una conferencia, dentro de un ciclo sobre el cuerpo en el arte, vi la oportunidad de iniciar una investigación sobre este fecundo asunto cuyos resultados fueran reveladores para mí y para quienes quieran acompañarme en estas espesas materias.

El momento de proponérseme la conferencia estaba yo concentrado en la elaboración de un artículo titulado "Yoga Interior, Yoga Exterior" (aún inédito) que me había sugerido la lectura de "Death must die" de Atmananda. Este artículo que, en principio había surgido como notas o comentarios personales sobre el libro acerca de Anandamayee Ma, se prolongó luego por ocho páginas tocando precisamente el asunto de la importancia o la trascendencia mística del cuerpo. Esta coincidencia afortunada, es el punto de partida para otras nuevas pesquisas que relacionen la relevancia mística del cuerpo humano y su ulterior expresión en el arte.

La especificación "en el arte oriental" viene dada por el marco de la conferencia donde, habiendo personas que se ocupen con autoridad de otras materias relativas al cuerpo humano en el arte, todavía se precisaba de alguien que abordara el asunto observándolo desde la perspectiva del arte y la filosofía oriental.

Sin ser un especialista en estas materias, siempre me han interesado no como un divertimento étnico o exótico sino por lo que tienen de universales y aplicables en nuestras personas y vida diaria.

El dar opiniones y teorizar sobre algún asunto me parece un ejercicio legítimo de la mente. Sin embargo cada vez me propongo más dar algún servicio con mis escritos, ofreciendo noticias tal vez desconocidas, estableciendo relaciones inéditas entre ellas, abriendo horizontes y sugiriendo nuevos puntos de vista.

Observo que la originalidad y el afán de novedad son virtudes cada vez más denostadas, convertidas casi en defectos. Se considera incluso un propósito imposible o ingenuo. Pero, siendo sinceros, cada persona, cuando comienza a leer un escrito o escuchar un discurso siempre aguarda una pequeña sorpresa, alguna novedad, una idea original que justifique el tiempo o la atención que le dedica.

Para concluir esta presentación, no pretendo con estas notas redactar parte por parte todo la conferencia, como discurso cerrado y compacto, sino comunicar mis investigaciones y observaciones conforme van surgiendo de modo que el lector pueda acompañarme en la búsqueda de un resultado que todavía desconozco.
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(Seguirá en
http://yogasala.blogspot.com/)
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(Ilustración: Ángeles Pedrero Encabo)
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martes, 19 de junio de 2007

LA PARADOJA


No secundes estos avisos.

lunes, 18 de junio de 2007

EL APRENDIZAJE DE LA MUSCULATURA, LAS VÍSCERAS Y LOS HUESOS


¿Qué se oculta en cada músculo de tensión inadvertida? ¿Qué nos dice el cuerpo en sus espontáneas posturas? Escucha a las vísceras en sus pálpitos vitales. No trates de imponer una lógica y una geometría sobre aquello que no puede hacer otra cosa que darte sabias lecciones. Naturaleza.

Cuanto más íntimo soy con mi propio cuerpo, cuanto más lo atiendo y observo, entonces más cuenta me doy de que yo soy algo más que un saco de vísceras, huesos, humores y carne.

domingo, 17 de junio de 2007

GRAN PINTURA SOBRE LA NADA


Gran pintura sobre la nada, de la que yo formo parte (de la pintura y de la nada). De la nada se generan este mundo y otros muchos. De la fusión íntima con la nada se generan las maravillas.

sábado, 16 de junio de 2007

NO SÉ


No sé todavía de qué se trata todo “esto”. Y digo “todavía” por que espero llegar a saberlo en lo venidero. Tengo una gran confianza. Sea lo que sea la conciencia, no es fútil. Todo no es para nada. Así que, incluso a pesar de nuestra voluntad o torpeza, el misterio se acabará revelándose ante sí mismo.

viernes, 15 de junio de 2007

NADA A CAMBIO DE TODO


El desesperado pretende darlo todo a cambio de un pequeño bocado de salvación, de seguridad y de alivio. Pero no tiene nada que dar, pues todo está dentro de sí.

La autoridad siempre es egótica y confía en el egotismo de los que a ella se acogen.

Hay a veces más ego en el humilde que en el soberbio. Y eso sin que el humilde pretenda siquiera ser un gran campeón de la humildad. Simplemente se envicia en su ego y se engolfa en su desesperación.

La autoridad no trata con personas, tan sólo con un número más o menos grande de adeptos.

jueves, 14 de junio de 2007

ESPIADO POR MÍ MISMO


Algún día aprenderé a ser uno y dejaré entonces de ser dos.

miércoles, 13 de junio de 2007

NO INTERROGUES DE TUS PARANOIAS


La paranoia interroga al mundo y a las gentes de sus obsesiones. Y siempre obtiene la misma respuesta.

martes, 12 de junio de 2007

LA GRAN BATALLA DE LA MENTE


La pequeña mente gusta mucho de las luchas, las polémicas y las batallas. Luchar es una manera de ascender. Incluso sin saber hacia dónde, se procura un ascenso. Al éxito, pretendido por muchos, se le supone fruto de la lucha. A los logros se los piensa dignos de envidia y, por tanto, dignos de defensa. Incluso habiéndolo perdido todo, se considera la vida una valiosa posesión y uno se dispone a luchar por ella.

Cuando estamos en mitad de la neurosis adoramos la teatralidad. Preferimos entonces que el mundo sea un gran campo o jungla donde batallar y no se reduzca a una simple pista de baile.

lunes, 11 de junio de 2007

Palabrotas y palabras de la buena educación

Hace pocos días mi mujer constató un hecho sorprendente. En un parque infantil un padre, movido por cualquier zarandaja, amenazaba a su hijo con mandarlo a "pensar".


No es una anécdota puntual, sino que tal amenaza con "pensar" se va imponiendo como sucedáneo de castigo. (En realidad el tal rincón o cuarto de "pensar" consiste en un castigo de aislamiento). Al pedagogo que se le ocurriera tal designación para semejante método, tendrán que reconocerle la triste hazaña de lograr que al cabo de unos años, una generación entera de personas sienta aversión cuando escuchen la palabra "pensar", y quiera rebelarse no pensando en absoluto.


No es la única palabra o palabrota de la pedagogía parda moderna que quiere hacer pasar la sumisión de los peques y la conveniencia de los mayores como educación.


Fíjense que la propia palabra de origen latino "educación" (etimológicamente "conducción") ya es considerada por algunos como palabra preferentemente sustituible por la más civilizada griega "paideia" (etimológicamente "crianza").


Otra de estas modas educativas es la que sostiene que a los niños es necesario decirles "no". Mi mujer sostiene que los partidarios de este nihilismo pedagógico al parecer no han tenido ocasión de convivir con un niño en el entorno urbano moderno. Porque si lo hubieran hecho sabrían que en este nuestro mundo lleno de enchufes, hornos, estufas, coches, etc. se le dice muchas veces “no” a un niño y, por desgracia, es difícil evitarlo. De hecho, a parte de "papá" y "mamá", la tercera palabra que algunos niños aprenden es "no", mucho antes del "sí". Teniendo en cuenta que los niños aprenden mayormente por repetición, las criaturas escuchan un "no" a cada tres palabras. Paralela al "no" nos encontramos con la palabra "límite". Hay cuantiosos profetas del "límite". Hasta ahora uno había pensado que lo mejor era "abrir perspectivas", "ampliar horizontes", pues no, según estos señores lo que tenemos que hacer con los niños es "imponerles límites", como si las circunstancias no nos impusieran a los niños y mayores suficientes límites.


El planteamiento básico de estas pedagogías hostiles consiste en suponer que padres e hijos pelean en bandos contrarios, y que los padres han de aprovechar su supremacía inicial para no quedar luego en desventaja. Pero, cosa rara, hay familias que constituyen un equipo firme y cohesionado por los lazos del respeto mutuo.


Esta oposición supuesta en las relaciones entre padres e hijos tienen su explicación en la lejanía y extrañeza predominantes en las relaciones de familia de nuestro entorno social. Por primera vez en la historia hijos y padres apenas se ven unas horas antes de acostarse. Esto ocurre desde bien temprano, cuando a las madres se les acaba el rácano permiso de maternidad y tienen que depositar sus bebés en las guarderías. Pues bien, es en esas pocas horas de convivencia donde se nos propone que "impongamos límites" y digamos "no". Supongo que será para recuperar el tiempo perdido para la convivencia, el cariño y el cuidado.


El desamparo social del maternaje hace de las guarderías y los colegios infantiles un negocio seguro. Sin apoyo económico, social o familiar las madres tienen que trabajar y separarse de sus hijos. Es el Estado de Platón llevado a la práctica. Durante mucho tiempo pareció una fantasía lo que el ateniense proponía a los padres: que entregaran al Estado la crianza y la educación de sus hijos. Hoy, sin embargo, la utopía parece lo contrario, que los padres (y sobre todo las madres) puedan criar y educar ellos mismos a sus hijos.


Al hilo de este fenómeno, otra palabrota de la pedagogía interesada: la "socialización". Resulta que las guarderías no sólo se hacen cargo de los bebés para que sus madres puedan trabajar y así poder afrontar las hipotecas tremendas, sino que además, mira tú por dónde, son imprescindibles porque "socializan" a los bebés. Menos mal entonces que existen las guarderías: la Humanidad entera ha estado esperando durante milenios a su advenimiento para poder por fin socializarse. Hasta entonces el ser humano no era un ser social y las personas, sin guarderías, permanecían asociales desde su nacimiento hasta el fin.


Además las guarderías hacen a los bebés "independientes" (otra palabreja). Siguiendo con la ironía, (la mía y la de la expresión), para una criatura que no puede moverse o alimentarse por sí misma, la carácterística más natural es la "independencia". Lástima que las hipotecas estén tan caras porque, de otro modo, nada más nacer se le podría poner al bebé (previo paso por la guardería) su propio piso. Hasta ahora todos los bebés y niños del mundo a lo largo de la historia de la humanidad se habían socializado con su padres, madres, hermanos, abuelos y otros familiares, qué cosa más extraña hoy en día.


Algunas de mis palabrotas educativas favoritas son las que en España designan toda una fase formativa: "Enseñanza Secundaria Obligatoria". Dejemos fuera lo de "Secundaria", astutamente interpuesta para escindir la paradoja irresoluble de la "enseñanza obligatoria". Veamos: primero, si lo que es obligatoria es la enseñanza, entonces los únicos obligados son nuestros sufridos enseñantes, como de hecho ocurre. Entonces debería llamarse "Aprendizaje Secundario Obligatorio". Este nombre no se lo pusieron porque constituiría un sinsentido flagrante. El aprendizaje es, por esencia, algo voluntario. Cómo obligarle a alguien a aprender la gramática y el álgebra, por no hablar de las sutilezas de la música, la lírica o la ética kantiana. Lo otro, lo único que puede ser obligatorio es la estabulación.


Ahora bien ante toda esta ringlera de vocablos de la educación hostil, el lector puede proponer todo un decálogo para una pedagogía sensata y de respeto: responsabilizarse, comprender, cuidar, atender, acompañar, custodiar, y mostrar un mundo en una luz más amable.



Direcciones de interés:

http://www.lauragutman.com.ar/

http://www.casildarodriganez.org/

http://www.proyectomaterna.blogspot.com/

http://www.criarconelcorazon.org

http://www.criandocreando.com/

http://www.kindsein.com/

http://elcoleencasa.blogspot.com/

http://aprendiendo-a-ser.blogspot.com/

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domingo, 10 de junio de 2007

NI BUENO NI MALO


Ni bueno ni malo, simplemente atento a los otros. El bien y el mal son dos conceptos que proceden de sociedades muy antiguas y todavía están vigentes en las sociedades modernas. Y es evidente que “bueno” y “malo” son dos términos cambiantes según épocas y lugares.

Cada persona puede verse a sí misma como buena o mala. Puedes felicitarte por el bien que has hecho o puedes lamentarte del mal que has causado o causas todavía. Pero tu satisfacción por tu bondad o tus culpas y remordimientos por tus errores es un asunto de tu ego personal, que poco afecta a la felicidad o desdicha de las otras personas. No debes utilizar a las otras personas como campo de tus ejercicios morales con el bien y con el mal. Esto es algo egocéntrico y muy neurótico. Sin embargo, también debes tener en cuenta que el bien y el mal son conceptos sociales, y como sociales pueden influir efectivamente las vidas de las personas en forma de aceptación o rechazo social.

Puedes calcular el grado de tu propia neurosis, y el grado de tu propio desequilibrio y desasosiego mental contando las veces que criticas o encuentras faltas en los otros. Cuantas más veces encuentres faltas, ridiculeces, torpezas, vilezas o maldades en los otros, tanto más neurótico y desequilibrado estás.

Si has de ser cuidadoso con tus juicios respecto a los otros, no menos cuidadoso has de ser respecto a la manera en que te juzgues a ti mismo o te critiques. De nada sirve decirse: “hice daño a esa persona”. Es mejor preguntarse “¿cómo está esa persona ahora?”, o bien “¿estoy haciendo daño a alguien ahora?”. Todo lo demás no es más que un jueguecito moral con nosotros mismos que en nada nos beneficia ni beneficia a nadie.

Esto no quiere decir que el bien y el mal carezcan de importancia o que sean conceptos falsos. Tienen la importancia que cada cual le de, y tienen la verdad y la consistencia que cada cual vea en ellos. Los conceptos no por ser falsos afectan menos a las vidas de las personas con quienes convivimos. Y esto es algo muy a tener en cuenta. El tener alguna certeza intelectual no nos da derecho a ir como un elefante de la Gran Verdad por la cacharrería de los supuestos errores ajenos. Antes de salvar a las otras personas, es mejor salvarse a uno mismo.

Bondad no es autoinculpación.

sábado, 9 de junio de 2007

ERROR EN LA TORPEZA


No te engolfes con la enumeración de tus errores. Los errores que crees haber cometido son únicamente los que has advertido. En ocasiones los errores pueden obsesionarnos porque no se corresponden a esa imagen gloriosa y sobrehumana de aquella gran persona que en nuestras ilusiones desatadas creemos o queremos ser. El dolor recurrente de los errores propios no es más que un apego a las ilusiones y a la ignorancia.

viernes, 8 de junio de 2007

LA COMPASIÓN PRECIPITADA


No te apresures a compadecer a los otros, así como tampoco corras a compadecerte a ti mismo. Averiguar las causas del sufrimiento propio y ajeno es la esencia de la sabiduría, es algo en lo que tiene que trabajar cada cual.

El sufrimiento no es, desde luego, algo deseable, ni para ti ni para los otros. Por eso es el sufrimiento. Lo deseable es el gozo, la alegría y la felicidad permanente para todos. Y, sin embargo, tal cosa no sucede.

Por mucho que he meditado en el asunto, todavía no conozco el por qué del sufrimiento, así como muchas otras cosas. Pero sé que existe una compasión condescendiente que mira desde arriba.

No sabemos por qué cada persona sufre, ni qué causas o consecuencias puede acarrearle tal sufrimiento. Si te consideras en la situación de compadecer a alguien tal vez pienses que tu situación es mejor que la de aquel a quien compadeces. Pero antes debieras contemplar detenidamente las causas y consecuencias de tu supuesta fortuna, causas y consecuencias que también desconoces.

A veces el sufrimiento es un golpe que nos despierta de la modorra producida la satisfacción rutinaria. A veces el sufrimiento nos encauza hacia un objetivo ineludible, que hemos ido aplazando durante años, para que así, nos dediquemos por fin a resolverlo. El sufrimiento puede ser la vara que no nos permita desviarnos de nuestro curso.

A veces, he deseado que mi desazón, mi inquietud permanente me diera un poco de tregua, para poder así recrearme en dichas ilusorias, volver a paraísos perdidos que, de tan perdidos, en realidad nunca existieron. Y, sin embargo, ahí siempre estuvo el desasosiego como un perro furioso que me empujaba una y otra vez camino adelante.

jueves, 7 de junio de 2007

POR FAVOR, UN RESPETO


No pensando en uno mismo, sino en los otros, es sabio ganar el respeto de las otras personas.

El respeto de las otras personas es una de las cosas que más añora el ser humano, y sin embargo, no hay que ligar los propios deseos al respeto.

Si no puedes hacer que una persona mejore su concepto sobre ti, procura evitar a esa persona, pues la perjudicas con tu presencia. Si estás con una persona que no te respeta, estás provocando que esa persona esté con alguien a quien no respeta, y que, por tanto, tampoco se respete mucho a sí misma en ese momento, que es en todos. Así que, por favor, respeto.

Hacerse respetar no es mostrarse ceñudo, ni enronquecer la voz o moverse con ademanes bruscos. No hay cosa que más respeto profundo provoque en las personas como la amabilidad, la dulzura, la atención, la compasión no condescendiente y el amor. El amor auténtico y verdadero puede incluso a provocar más que respeto, temor. Pero el verdadero respeto es amor y no miedo. Por lo tanto es importante mostrarse cuidadoso incluso con la propia bondad. No es bueno convertirse en un imponente autómata del gesto bello como robot de la automática compasión.

miércoles, 6 de junio de 2007

ESPEJO HUMANO


El ser humano especula. Es espejo de carne donde sus congéneres se miran. El ansioso por agradar a los otros ha de contemplar a quienes tienen ansia de agradarle. El iracundo no ha de ver en las otras personas una ira que le es propia, de otro modo, acabará generando más ira en sí mismo y en aquellos con quienes trata. El nervioso del trato social no ha de reparar en su propio nerviosismo sino en el de aquellos a quienes conoce. El temeroso no ha de suponer confianza en las otras personas, pero sí ha de confiar él mismo en sí mismo y en los otros. El que tiene miedo a ser contemplado por una muchedumbre ha de reparar no en su propio miedo sino en la expectación de la muchedumbre.

El que advierte engreimiento en los otros ha de corregir su propio engreimiento. El que juzga torpes a los otros, ha de agradecerles el no cometer las mismas torpezas. El que se considera superior a quienes le rodean ha de procurar no rebajar, sino ajustar a quienes le rodean y él mismo ajustarse también. El que se considera único y extraordinario ha de conceder que todas las personas también lo son de un modo distinto.

lunes, 4 de junio de 2007

EL OLVIDO DE SÍ EN EL RECUERDO DE LOS OTROS


Concibo que la generosidad consiste no tanto en pagar por los propios errores como en empezar a pagar por los errores de las otras personas.

Las normas y las leyes no están enunciadas para que alguien las incumpla, sino porque hay alguien que las incumple, existen las normas y las leyes; la inteligencia no existe para poner de manifiesto la torpeza; no hay bondad para posibilitar la existencia de lo malo.

Si creemos que alguien se equivoca no deberíamos criticar sino agradecérselo. Los errores que creemos han cometido los otros son los errores que nosotros dejamos de cometer al observarlos. De nuestros errores también pueden aprender alguien. Y sin embargo los errores deben de ser evitados en nosotros y en los otros.

domingo, 3 de junio de 2007

CONVERSA Sobre Hablándose a uno mismo...

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Sobre Hablándose a uno mismo...

juanaragon dijo...

A veces pasa, ¿no? Tengo un amigo que me cuenta sus cosas, no para que yo le de consejos ni por afán narcisista, sino porque -dice- así ordena sus ideas y a veces, sus sentimientos. Yo prefiero oir y callar a no tener nada que decir y mover los labios con palabras vacías adentro. Porque a veces los dramas de los otros no son incomprensibles, sino simplemente inasibles. En fin, cada vez que te leo, me haces pensar un rato. Gracias por publicar tus ideas.

Joaquín dijo...

Es así. Si lo recuerdas, en la iconografía de Oriente a los budas se los pinta con grandes orejas que simbolizan la capacidad de escuchar. El sabio no es tanto el que es capaz de decir grandes verdades como el que es capaz de escucharlas, lo cual no es fácil.

Vi una película norteamericana, cuyo nombre no he podido rescatar de la memoria, que trataba sobre un supuesto psicólogo que lo único que hace es escuchar a sus pacientes. Luego se averigua que no tiene títulos académicos que lo acrediten. Cuenta entonces que se metió a psicólogo porque descubrió que a las personas les gustaba contarle sus cosas. Sólo escuchándoles las curaba.

Le conté esta peripecia a un amigo psicoanalista y me dijo que es así, pero con la reserva de saber encauzar lo que el paciente o el cliente dice, para que no abunde en el victimismo, la autocompasión, la culpabilidad propia o de otros, etc.

Para saber escuchar bien hace falta no estar nublado por los preconceptos. Y tener el propio ego observado y batido.

De Nelson Rodriges se contaba que en sus conversaciones básicamente se dedicaba a escuchar. No juzgaba lo que oía. Las raras veces que intervenía era para preguntar sobre detalles y datos de lo narrado. Este saber escuchar era la materia prima de su inmensa producción literaria.

Aparte de la virtud del escuchar, tengo que confesar que me descansa mucho estar con personas que hacen el mayor gasto de conversación. Me incomoda un poco las personas que escuchan y escuchan sin dar ninguna confidencia a cambio. Esto es importante. Conozco una terapeuta que escucha fenomenal, pero sólo porque de vez en vez tercia contando anécdotas personales que la sitúan en el mismo rango de humanidad que sus confidentes.

De modo que también existe la virtud del hablar. A este respecto, andando yo un tanto intrigado acerca del por qué de mi manera de conversar y de los modos de conversación de otras personas, el descubrimiento del Ayurveda resultó revelador. Como es conocido, según esta tradición las personas nos encuadramos dentro de tres tipologías agrupadas en pares, donde una es predominante y la otra secundaria. Pues bien, una de estas tipologías acostumbra a hablar en voz muy enérgica, en cantidad moderada pero de modo muy asertórico y persuasivo. La segunda tipología habla mucho de manera rápida y con voz media y poco modulada. La tercera habla poco y con voz baja y suave. ¿Reconoces a alguien? Desde que leí esta clasificación, no puedo evitar situar a cada persona en su tipología ayurvédica. No sé si esto me ha ayudado a escuchar mejor, pero sí a comprender lo inevitable del carácter de cada persona.
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sábado, 2 de junio de 2007

HABLÁNDOSE A UNO MISMO


Hablándose a uno mismo a veces se pretende hablar a alguien más: diálogos ilusorios que son diálogos imposibles. Quien habla a otro, a veces se habla a sí mismo. Contarle a alguien tus problemas es un modo de comprenderlos. También contar tus problemas a un confidente crea una nueva situación con ese confidente.

Hay que considerar que quien te habla se puede estar hablando a sí mismo. Puede ser que en ese preciso momento se esté contando a sí mismo cosas que necesita escuchar. Al enunciarlas por primera vez quizá las comprenda también por vez primera. Tu mera presencia será entonces un buen consejo.

Cuando le hables a alguien atiende a la persona a quien le hablas. No permites que tus palabras te emborrachen. Conserva la lucidez suficiente como para observar cómo te escuchan y quién te escucha. Por muy ingeniosas, buenas y justas que sean tus palabras, no exijas atención ni pretendas imponer tu rollo sobre nadie.

viernes, 1 de junio de 2007

DE NEUROSIS A NEUROSIS


El problema de las relaciones humanas es que en muchos casos no se entablan de persona a persona sino de neurosis a neurosis. Cada una de las neurosis se engolfa en el manejo de los resortes de la otra, que conoce bien en sus debilidades. Y así nos vamos enterrando en un gran montón de insensateces.

Ahora bien, cuando uno cree haber vislumbrado una senda correcta de serenidad, y uno se siente que mejora, que va desarrollándose a sí mismo en generosidad hacia los otros, ha de tener en cuenta que sigue viviendo en el mismo mundo de antes. En muchas ocasiones no es posible empezar desde cero, pues ya existe una historia previa con muchas personas.

Retirarse del mundo, romper con la propia biografía, es un recurso fácil, y no es lo mejor. Y sin embargo para algunas personas de destinos muy embrollados y de mente muy liada no hay otro remedio.

Por mi experiencia sé que la realidad es mucho más maleable de lo que parece. Las situaciones vitales y personales en las que nos encontramos es modificable en medidas que pueden incluso escapar a nuestra capacidad de imaginarlo.

Aunque estemos inmersos en un infierno junto con otras u otra persona, hemos de tener en cuenta que todo ser humano en lo más hondo de sí aspira a la claridad y la paz, aunque todavía no lo sepa. Puede ser que modificar el estado de las cosas en la dirección debida supere nuestra comprensión y nuestras fuerzas, esto es algo que debemos decidir por nosotros mismos. Ninguna verdad aprendida por uno mismo o de cualquier otro modo debe convertirse en un velo en la visión directa y fresca de la realidad.

Empezar una historia puede ser en ocasiones más fácil que recomenzar una historia ya iniciada. Pero también puede suceder lo contrario. Existen también vínculos sentimentales muy fuertes que nos hacen desear el bien ajeno por el mero egoísmo de nuestros sentimientos. Sufrimos si las personas a las que queremos sufren. Y no queremos sufrir.

Y también existe la generosidad propiamente dicha.