viernes, 18 de mayo de 2007

LA PALABRA INTERPUESTA


No hay nada en estas letras que no puedas encontrar en ti mismo. De hecho, no hay nada en estas líneas si no lo encuentras en ti mismo y por tu propia facultad de conciencia.

Somos un alma, entre nosotros y nosotros mismos no puede imponerse ningún obstáculo o velo que nos impida vernos tal cual somos, como verdad auténtica y de primera mano. Y sin embargo leemos libros de psicología para comprendernos y saber cómo somos en realidad.

Somos seres humanos, hemos nacido de otros seres humanos, tal vez hemos engendrado o parido a otros seres humanos, vivimos entre otros seres humanos, no hay nada que se interponga entre nosotros y nosotros mismos, entre nosotros y quienes nos acompañan. Y no obstante leemos libros de antropología y sociología para comprender al ser humano y a los grupos en que se integran.

Somos materia viva, vivimos en el mundo, pisamos realidad, respiramos naturaleza, comemos naturaleza, bebemos naturaleza que nos llena y constituye. Pero creemos no saber nada acerca del mundo, la realidad y la naturaleza porque tal vez desconocemos o no comprendemos las últimas teorías de la ciencia.

A lo largo de la historia, muchas teorías tenidas como ciertas han sido substituidas por otras teorías que las desmentían. Lo cual causó y sigue causando no poca incertidumbre en muchas gentes. Las teorías contemporáneas son tenidas como las definitivamente seguras aunque nada nos garantiza que no vayan a ser refutadas como erróneas en un futuro más o menos lejano. Ciertas o no, las teorías científicas han encauzado a muchas gentes hacia un progreso técnico que parece ilimitado.

En cualquier caso, la lógica, la palabra y la ciencia no imposibilita en modo alguno las experiencias inmediatas por parte del individuo. Tenemos la impresión de que todo aquello que no puede ser formulado o conjurado mediante palabras es una zona oscura que más vale evitar. Incluso no fiándonos más que de lo que aprueba nuestra propia deducción y nuestro propio criterio, creemos que para alcanzar la verdad o la realidad hemos de tender necesariamente todo un puente de verborrea lógica hacia ella.

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