martes, 15 de mayo de 2007

COMO DIOSES


Ante la oferta de convertirse en un dios del gozo eterno muy pocos humanos se negarían. Cada cual puede tener su imagen de lo que sería un paraíso perfecto, que es como decir que cada cual tiene una imagen de sus propios deseos, bien sean estos de placeres, de sabiduría o de santidad. Si cursáramos una vida de gozo permanente tendríamos muchas dificultades en preguntarnos acerca del estado de las cosas. Sólo nos preguntamos por qué las cosas son como son cuando sufrimos o somos víctimas del tedio.

Es nuestra condición de seres humanos la que nos hace indagar sin término acerca de la realidad cambiante. Es la vida con sus altibajos de sufrimiento y placer la que plantea la pregunta que es en sí misma una respuesta.

No hay comentarios: